Cuando realizamos todo tipo de reformas en el hogar, ya sean grandes o pequeñas, siempre es conveniente contar con contenedores de escombro para poder recoger todos los residuos que se generan. Por eso, desde Todo Queda En Casa nos gustaría aprovechar las próximas líneas para hablaros sobre su utilidad y los permisos que necesitaremos para contar con uno de ellos.
Es innegable que al realizar cualquier obra en casa se generan todo tipo de escombros. Los más habituales suelen ser ladrillos, cristales, azulejos o maderas, dependiendo de la estancia del hogar en la que se esté trabajando. ¿Cómo deshacernos de ellos? ¿Servirá con tirarlos a la basura o habrá que depositarlos en contenedores específicos?
Si la cantidad de residuos de desescombro fuera muy pequeña, es posible que pudiéramos plantearnos retirarlos por nuestros propios medios hasta los puntos destinados para tal fin. En todas las ciudades existen lugares apropiados para ello a los que podremos acudir tranquilamente.
Pero cuando los residuos sean mayores o en cantidades muy superiores, será necesario hacernos con contenedores de escombro que nos permitan recogerlos y trasladarlos de una forma segura, tanto para nosotros como el resto de personas. En el caso de que contratemos a una empresa para ejecutar la obra, es muy seguro que serán ellos los que se encarguen de contar con un elemento de estas características apropiado. En caso contrario, seremos nosotros mismos los que tendremos que buscar un distribuidor de depósitos.
El modelo más utilizado en todo tipo de reformas es el llamado contenedor de obra. El estándar suele contar con una capacidad de cinco metros cúbicos, lo que otorga gran cantidad de almacenamiento. Son además de gran utilidad, pudiendo valer indistintamente para tierra, azulejos, metales, plásticos, cartón, ladrillos… Etcétera.
Eso sí, antes de colocar uno en nuestro hogar para recoger los residuos de nuestra obra, será necesario contar con un permiso para su utilización. Estas autorizaciones se deben solicitar en el ayuntamiento de la localidad donde se vaya a ejecutar la reforma. Este punto es completamente obligatorio, sin excepción alguna.
Además, también se deberá disponer de un contrato firmado por un gestor de residuos autorizado y que certifique tanto el alquiler del contenedor como el tratamiento de los residuos.
Este segundo punto es bastante más sencillo que el permiso municipal, ya que con llamar a un gestor e indicar el tipo de residuos que se tirarán y los días que se necesitarán utilizar el container será suficiente.
En último lugar, hay que tener presente que si vamos a utilizar los contenedores de escombro durante varios días, dejándolos en la vía pública, al terminar la jornada laboral es obligatorio cerrarlos o taparlos para impedir que el polvo u otros residuos puedan salirse de él y caer al suelo.
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